Inauguración "Els colors del blanc"

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El pasado día 4 de Febrero se inauguró en la llotgeta del Real Monasterio de Sant Cugat del Vallès la exposición de Lluís Ribas: “Els colors del blanc”.

La inauguración fue presidida por el alcalde de la ciudad Sr. Lluís Recoder, que glosó la relación del artista y su involucración en los temas culturales de Sant Cugat, y asimismo lo destacó como el pintor más internacional que tiene esta ciudad. Seguidamente el Sr. Josep Mª Cadena, crítico de arte, habló de la trayectoria artística de Lluís Ribas. El poeta y escritor del libro “Els colors del blanc” Santiago Montobbio, hizo la presentación de esta colección, y finalmente el artista agradeció la colaboración que siempre ha tenido del ayuntamiento de la ciudad, señalando que le hacía mucha ilusión presentar esta colección a sus clientes y amigos antes de partir para los estados unidos.

Seguidamente la comitiva se desplazó a la Casa de Cultura, donde hasta el día 2 de Marzo próximo se podrán ver los cuadros que componen esta colección.

Lluís Ribas se felicitó por la gran cantidad de público y amigos que asistieron al acto y agradeció a varios de ellos que se desplazaron desde otros lugares de la península y Baleares para poder acompañarle en este evento.

Presentación "Els colors del blanc" por el poeta Santiago Montobbio

El arte es un ejercicio radical de libertad, y desde ella Lluís Ribas ha pintado estos cuadros con un nuevo estilo. En él su pintura se ha depurado, se ha esencializado, y resulta ahora más mental y también más espiritual, ya que proviene de las profundidades del ser: ahora nos encontramos siempre en interiores, y sus cuadros son paisajes mentales, paisajes del alma. La presencia más definitiva de la idea la ha dotado de más peso y entidad conceptual, y resulta también así más misteriosa y plurisignificativa. Fruto de esta introspección, en estos cuadros el pintor ha llevado a cabo una indagación en los meandros de la existencia, en sus verdades más profundas, en su esencia. Ha acotado su territorio y lo ha reducido a unos pocos elementos (un cuerpo, una sábana, una flor), de los que extrae imprevisibles resonancias, para crecer en él hacia adentro y decirse y pintarse a sí mismo y también a todos. Porque estos cuerpos nos dan cuerpo. Estos cuerpos somos todos. Están en su más secreta intimidad y en el anonimato, sin mostrar sus rostros, y resultan, por ello, universales y compartibles. Los movimientos del cuerpo son aquí también los movimientos del espíritu, porque en ellos está a la vez pintada el alma. Las sábanas son una máscara, necesaria y consustancial a la persona y también al arte, y podemos verlas como un emblema de éste. El modo en que estas soledades se disponen entre ellas está cerca de la música y de sus misteriosas raíces, y ellas y sus cuerpos a la vez son los signos del tiempo. En ellos está la vida en toda su hondura y extensión, a través de las fuerzas que la recorren, la vida y también la muerte, muerte simbólica (de la ilusión o del amor) y muerte final. Prueba de la autenticidad del artista es la frase que estampa detrás de estos cuadros (“No he sabido más”), que expresa un estado de conciencia y una actitud ante el arte, y que podemos enlazar con el “no saber sabiendo” de San Juan de la Cruz. El pintor se ha dado a sí mismo por entero en estos cuadros; los ha pintado con pasión y absoluta entrega. A la vez, se ha dirigido con ellos de un modo personal y único a cada uno de nosotros, como ejemplifica su ausencia de títulos: nos hace así participar en la aventura de la creación, completarla, y que podamos tener la libertad de sentirlos, vivirlos e interpretarlos a nuestro modo, nos iluminen y cumplan en nuestros adentros su particular sentido. Gracias a estos cuadros, nuestra vida será más profunda y verdadera, más íntima, y también más nuestra.

Santiago Montobbio

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